miércoles, 24 de junio de 2015

¡50.000!


Debido a las normas de la clausura religiosa, los conventos son lugares con espacios de acceso limitado. Se trataba y trata de preservar con ello la separación del mundo y la guarda del silencio. Las normas de clausura son más laxas respecto a los varones y más estrictas en lo que se refiere a las mujeres. La celda del Padre Mersenne en su convento parisiense de Place Royale se la ha imaginado visitada en su tiempo por numerosos sabios y científicos que compartían con él experimentos, teorías y conocimientos. Respecto a las féminas, la Regla prohíbe expresamente en su capítulo quinto que se las permita entrar en los conventos. Pero la misma norma prevé una excepción, relativa a mujeres de casa real (“de stirpe regia procreatae”) y/o fundadoras del convento, a las cuales, si pidieran ver los lugares más comunes, se las dejará que entren y los visiten devotamente con su comitiva.


Probablemente el antiguo convento de la Victoria de Zaragoza ha tenido más visitantes (y de ambos sexos y de todas las edades) en estos últimos tres años que en toda su larga historia. Sin duda, estas multitudes son más pacíficas que aquellas que en 1835 acabaron al motín con la vida de cuatro frailes (y el riesgo de incendio más controlado!).

1 comentario:

  1. Hay que recordar que a San Francisco de Paula no le quemaba el fuego. :)

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