lunes, 17 de abril de 2017

Marca comercial (humorada pascual)

Vamos a ver si sonreímos un poco. Hay que reconocer que los mínimos no cuidamos demasiado nuestra marca. O eso o hay gente que tiene muy mala baba. Piensen en Assassins Creed y la época de los Borja. Miren que había Órdenes religiosas en la época, pues nada, resulta que al eclesiástico más perverso (“fra Ristoro”) se le hace pertenecer a la Orden de los Mínimos, quedándonos sólo el consuelo de que también era templario:

Miren que el nombre de “Minimorum” podía ser utilizado por músicos luminosos. Pues nada, es justamente el nombre que han escogido unos chavales de heavy metal de Azerbaiján; no tengo nada contra ellos, ni contra su repertorio tétrico-deprimente (ideal si usted está pensando en pegarse un tiro con nocturnidad), pero se puede ser original dejando a los mínimos tranquilos:


Vayamos ahora a por el “Charitas”. Lástima que no registráramos en su día la marca, porque hay hoy día todo un merchandising que parece rentable: tazas, camisetas, etc. Ahí lo más chocante e inesperado es esto que se vende en Amazon de Alemania (tal vez sea un bonito regalo para una terciaria joven, vamos digo yo):

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