lunes, 25 de junio de 2018

Una novelilla

No sé si la ficción supera a la realidad o viceversa, pero lo cierto es que nunca había abundado tanto la ficción en su sentido más propio y reconocido como en la actualidad. Montañas de libros en papel o en soporte digital, series de televisión, obras de teatro, videos profesionales o homemade, etc. Tampoco San Francisco de Paula y los mínimos, directa o indirectamente, se sustraen a ser material de ficción. Recientemente, por ejemplo, han puesto en youtube el trailer de un film del que ya nos habíamos ocupado en un post anterior; el film es “bienintencionado” y me dispensarán de dar más opiniones sobre él. Hoy quiero hablarles de novelas. Una (Il frate, l'ordine, lo scudo) se publicó mucho años atrás, podríamos encuadrarla dentro de la novela histórica y, aparte de un trasfondo reivindicativo del Santo y de su tierra de origen, era una buena novela. Vino después una novelita breve (Per il bene della città. La fantastica storia del bastone di san Francesco) que tiene un inicio prometedor y que luego, ciertamente con buen humor, se disuelve en la vacuidad.
En este año ha aparecido en España la novela Biznaga de sangre. Sorprende que en la presentación alguien que se presenta como profesor de Creación literaria en la Universidad de Sevilla la califique como “gran Literatura”. No he sabido ver la grandeza literaria por ninguna parte. El libro resulta una narración policíaca entretenida, un recorrido por Málaga y sus monumentos (puntualmente descritos), donde el protagonista investiga (en realidad no investiga nada) unos crímenes ligados a la búsqueda del manto de San Francisco de Paula y unos manuscritos del Santo. En ciertos encuadres históricos el libro es endeble: Boyl estaba en Francia (no en Málaga) en el verano de 1487, Bartolomé Coloma no pertenecía a la Orden de los Mínimos (al contrario, se resistió a que tomaran posesión de la ermita de la Victoria), etc. Nos encontramos con alguna expresión exótica, como es referirse a la “Compañía de Jesús de la Orden de los Jesuitas” (denominación insólita, absurda o redundante). Por otra parte, podemos hasta cierto punto admitir que un inspector de policía cultivado hable en 1954 de guerras frías o totalitarismos, pero es inverosímil que lo haga de “pensamiento único”. El ejemplar que tengo es de la segunda edición. Hay cosas que no se entienden, porque si pasan en la primera edición la corrección de galeradas del autor o del corrector de la editorial, que sigan en la segunda hacen sospechar que no sean errores. La “gran Literatura” no puede permitirse que el protagonista, en lugar de quedarse absorto, se quede “exhorto”, que allí donde debía decir la intercesión del Santo diga la “intersección” o que, rayos y truenos, entrecruzándose el haber y el hallar, se cuelen un “halla averiguado” o “el manuscrito que hayamos”. Añádase a esto que, equivocando un pronombre demostrativo, resulta que alguien pasa a ser administrador de una finca cuando fallece. La prosa perfecta a la que se alude en la presentación se encuentra, pues, muy bien disimulada. 

2 comentarios:

  1. Parece que el Blogger ha vuelto a poner en marcha la apisonadora :D

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    1. En este caso con muy buen criterio; es su deber avisar al posible lector de lo que se va a encontrar en el "presunto" libro. En mi opinión, demasiado bien deja a este ejemplar, uno más de tanta basura literaria como se publica hoy so capa de novela histórica...

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