jueves, 29 de noviembre de 2018

Un conflicto curioso


Sucedió en Arles (Provenza) en el siglo XVII. Se habían establecido los mínimos en el priorato de la Magdalena, con apoyo real. Pero tenían en contra a otras órdenes religiosas y diversos eclesiásticos, al consejo municipal y muy particularmente, por su cercanía, al Capítulo canonical de la Iglesia Mayor Parroquial. La tensa situación tuvo su punto crítico en la mañana del 2 de agosto de 1615 cuando los mínimos se encuentran con que por la noche les han robado el badajo de su única campana. El pueblo llano del barrio, que, pese al poco tiempo que llevan con ellos, aprecia a los frailes mínimos, echa en falta el sonido de las campanadas. Cuando la multitud se apercibe del robo ocurrido, la sospechas y acusaciones van contra los canónigos de la Mayor: se les insulta, se les apedrea, hasta que logran encerrarse y parapetarse en la casa curial, donde son asediados durante tres días, hasta que los cónsules municipales logran apaciguar la situación.

Finalmente, el asunto se resolvió cuando el arzobispo otorgó a los mínimos la iglesia de San Honorato a donde se trasladaron en lucida procesión el 7 de octubre de 1615. Un deán de la Iglesia Mayor registra el hecho en sus memorias con esta consideración final: “Dieu les conduise et bien joïeus que soient loin de nous”.