El antiguo convento de los mínimos de
Beauregard-l'Evêque, en Auvernia, llamado también Abadía de Mirabeau, ha sido
puesto a la venta por sus actuales propietarios. La fundación del convento fue
impulsada en el siglo XVI por el Obispo de Clermont Guillaume Duprat, el
primero que introdujo a los jesuitas en Francia y que guardó una muy buena
amistad con el mínimo Padre Simon Guichard (apodado “martillo de los herejes”).
Tras la exclaustración, el convento tuvo
diversos usos, predominantemente agrícolas. Aunque sufrió un incendio en los
años treinta del siglo pasado y actualmente 3/4 partes del complejo conventual
se hallan en ruinas, tiene la particularidad de que no ha sido saqueado ni
vandalizado. En la última década los Amis de Mirabeau lo habían empleado en
diversos usos culturales o festivos. La iglesia es de una majestuosidad
impresionante y en 2007 albergó uno de los Congresos de estudio celebrados en
Francia con motivo de los 500 años de la muerte de San Francisco de Paula.
Cuando se publicaron en un volumen conjunto los trabajos de este Congreso y de otro
celebrado en Tours se eligió precisamente para decorar la portada una de las
pinturas murales que se hallan a la entrada de la Capilla y que representa a
San Francisco de Paula y un grupo de sus frailes.
Así que ya saben, por bastante menos de la mitad de lo que
cuesta un dúplex en la barcelonesa Sarriá o un piso en la madrileña calle
Serrano, pueden adquirir un pedazo de historia eclesiástica, de historia
mínima, una belleza.
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