jueves, 25 de febrero de 2021

De chollos, medios chollos y disparatados ("minimorum" en el comercio electrónico)

 Este post va de cosas tan materiales como son los libros y de algo tan prosaico como su coste. Es lo que pasa en las ventas de libros antiguos por internet. Que se encuentra uno verdaderas gangas, cositas que están bien y precios desorbitados. También en obras de mínimos. Pongo tres ejemplos clarísimos y recientes de una conocida web de subastas y comercio electrónico:

a) Un chollo, el que se llevó el ganador de esta subasta. Un Chronicon de Lanovius por 112 más gastos de envío. Probablemente su valor de mercado sea diez veces mayor.



b) Un medio chollo. Las Annotationes en Habacuc del mínimo Padre Padilla no son ciertamente un libro rarísimo. Precisamente la edición en Sulzbach conoció una gran difusión. Son más raras las ediciones romanas y no digamos la princeps de Torredonjimeno. Pero, considerando además su alto número de páginas, 131 € + gastos de envío está pero que muy bien (probablemente su valor se sitúe entre 200 y 250 €).


c) Un precio disparatado (590 €). Yo creo que al tasador de Mazzei se le coló un cero de más, es lo que pasa con los ceros a la derecha que sí que cuentan. La Regla y resto de documentación canónica mínima en la edición preparada por el Padre Pizzurno impresa en 1637 en Génova no es excepcional en su contenido. Ni especialmente adornado (ni un puñetero grabado). Apenas 225 páginas incluyendo el índice. Tuvo ediciones posteriores. El ejemplar tiene una encuadernación del siglo XIX. En mi humilde opinión, pagar la mitad del precio fijado sería comprar caro, pero hay coleccionistas muy estrafalarios...Ahí lo dejo.


  




viernes, 5 de febrero de 2021

El bastón de San Francisco de Paula (pasado y actualidad)

 ¿Qué Francisco preferimos? ¿El de la dulzura y suavidad misericordiosa? ¿O el de la fiereza severa, rústica y exigente? He aquí una muestra de este segundo:


El cuadro pertenecía, cuando se sacó la fotografía, a una colección particular. El Santo amenaza con pegarle un bastonazo a su hermana Brígida si no permite que su hijo abrace la vida religiosa. Con el artilugio a esa altura un bastonazo tiene que doler bastante. No sabemos cómo continua la película, si llegó a descargar el golpe. Sabemos cómo acaba (el joven tuvo que morirse, la madre sufrir esa espada atravesándole el alma, más dura que cualquier bastonazo, y, al final, debilitada por la muerte cualquier objeción, el joven resucitado y religioso).
En la actualidad esta imagen sería impensable o, por lo menos, impublicable, y esperemos que con los divertidos algoritmos de Google no me vayan a anular la cuenta del blog...
En fin, siempre podemos justificar al Santo diciendo que la acción fue puramente simbólica y que si descargó el golpe no rompió ningún hueso ni dejó marca. O sea: "golpear de un modo simbólico con el propósito de reformar pero sin causar daño, perjuicio o dolor", que es el modo canónico propuesto para educar a las mujeres por ese simpático imán que tanto ha inspirado o estimulado a nuestro Papa Francisco, según él mismo confiesa en su simpática encíclica "Fratelli tutti"...