Se han cumplido recientemente, el
pasado 5 de mayo, los doscientos años de la muerte de Napoleón
Bonaparte (Córcega, 1769- Santa Elena, 1821), uno de los personajes
más destacados de la historia europea y especialmente de la
francesa.
Se preguntarán nuestros lectores qué
tiene que ver, a priori, la figura del antiguo emperador de los
franceses con los frailes mínimos y si para responder a esta
cuestión acuden raudos a consultar su biografía a la Wikipedia, lo
que hoy haría la inmensa mayoría de las personas que disponen de
acceso a Internet, no encontrarían la respuesta, al menos no en su
versión castellana, pues allí no se menciona para nada el siguiente
detalle: los primeros estudios reglados que realizó el joven corso
apenas un par de años después de dejar su isla natal, en compañía
de su padre y su hermano José, los cursó en un colegio regentado
por una comunidad de frailes mínimos franceses. Vayamos a los
hechos.
En efecto, si consultamos cualquier
biografía publicada sobre Napoleón, y no nos conformamos con el
recurso fácil de la Wiki, podremos constatar como en ninguna de
ellas se pasa por alto el siguiente episodio de su vida, a saber: que
cuando contaba con apenas diez años, el 15 de mayo de 1779, ingresó
en la Escuela Militar que había en la localidad francesa de Brienne,
en la región de Champaña, un centro educativo de patronato real y
regentado por los frailes mínimos en donde recibían instrucción
los jóvenes de noble estirpe que querían seguir la carrera de las
armas; allí permanecería nuestro personaje hasta octubre de 1784,
en que pasaría a la Escuela Militar de París para continuar sus
estudios.
Los franceses, al contrario que
nosotros, cuentan con libros donde se relata al detalle cualquier
minucia de su historia, y no podía ser diferente en este
caso, mucho menos tratándose de su emperador por antonomasia.
Por eso, cualquiera que desee conocer con mayor profundidad esta
parte de la vida de Napoleón puede acudir a las páginas del libro
titulado Les minimes de Brienne: le college & les premiers
maîtres de Napoléon, obra del año 1915 escrita por el abate
Arthur Prevost (1860-1941) donde se narran las vicisitudes por las
que atravesó el colegio mínimo de aquella villa francesa. Según
este autor, los mínimos se establecieron en Brienne para gestionar
un hospital de pobres enfermos hacia 1627 y un siglo más tarde, en
1730, se hicieron cargo de un colegio para niños fundado con el
legado que para ello había dispuesto un anciano sacerdote en su
última voluntad. El rey Luis XVI escogió este centro docente para
establecer en él una de las doce Escuelas Militares destinada a
recibir a los alumnos de la antigua Escuela Real de París, que
comenzaría su andadura a partir de 1776. La Escuela estuvo
funcionando a cargo de los mínimos hasta que por el decreto
republicano de 9 de septiembre de 1793 se suprimieron todas las
Escuelas Militares del país.
Cómo influyeron en la personalidad de
futuro emperador de la Francia los cinco años pasados entre los
muros del colegio de Brienne es algo en que lo historiadores no se
ponen de acuerdo, pero lo que sí parece estar claro, al menos para
el abate Prevost, es que estando Napoleón en la cúspide del poder
no desdeñó socorrer, e incluso visitar en algún caso, ante la
adversidad de la fortuna, a sus antiguos preceptores, los frailes
mínimos, quienes, tras el vendaval revolucionario, se habían visto
obligados a abandonar su convento de Brienne y buscarse la vida cada
uno por otros derroteros.
(Post gentileza de Jorge A. Jordán)