jueves, 20 de mayo de 2021

Los Mínimos y Napoleón


Se han cumplido recientemente, el pasado 5 de mayo, los doscientos años de la muerte de Napoleón Bonaparte (Córcega, 1769- Santa Elena, 1821), uno de los personajes más destacados de la historia europea y especialmente de la francesa.

Se preguntarán nuestros lectores qué tiene que ver, a priori, la figura del antiguo emperador de los franceses con los frailes mínimos y si para responder a esta cuestión acuden raudos a consultar su biografía a la Wikipedia, lo que hoy haría la inmensa mayoría de las personas que disponen de acceso a Internet, no encontrarían la respuesta, al menos no en su versión castellana, pues allí no se menciona para nada el siguiente detalle: los primeros estudios reglados que realizó el joven corso apenas un par de años después de dejar su isla natal, en compañía de su padre y su hermano José, los cursó en un colegio regentado por una comunidad de frailes mínimos franceses. Vayamos a los hechos.

En efecto, si consultamos cualquier biografía publicada sobre Napoleón, y no nos conformamos con el recurso fácil de la Wiki, podremos constatar como en ninguna de ellas se pasa por alto el siguiente episodio de su vida, a saber: que cuando contaba con apenas diez años, el 15 de mayo de 1779, ingresó en la Escuela Militar que había en la localidad francesa de Brienne, en la región de Champaña, un centro educativo de patronato real y regentado por los frailes mínimos en donde recibían instrucción los jóvenes de noble estirpe que querían seguir la carrera de las armas; allí permanecería nuestro personaje hasta octubre de 1784, en que pasaría a la Escuela Militar de París para continuar sus estudios.

Los franceses, al contrario que nosotros, cuentan con libros donde se relata al detalle cualquier minucia de su historia, y no podía ser diferente en este caso, mucho menos tratándose de su emperador por antonomasia. Por eso, cualquiera que desee conocer con mayor profundidad esta parte de la vida de Napoleón puede acudir a las páginas del libro titulado Les minimes de Brienne: le college & les premiers maîtres de Napoléon, obra del año 1915 escrita por el abate Arthur Prevost (1860-1941) donde se narran las vicisitudes por las que atravesó el colegio mínimo de aquella villa francesa. Según este autor, los mínimos se establecieron en Brienne para gestionar un hospital de pobres enfermos hacia 1627 y un siglo más tarde, en 1730, se hicieron cargo de un colegio para niños fundado con el legado que para ello había dispuesto un anciano sacerdote en su última voluntad. El rey Luis XVI escogió este centro docente para establecer en él una de las doce Escuelas Militares destinada a recibir a los alumnos de la antigua Escuela Real de París, que comenzaría su andadura a partir de 1776. La Escuela estuvo funcionando a cargo de los mínimos hasta que por el decreto republicano de 9 de septiembre de 1793 se suprimieron todas las Escuelas Militares del país.

Cómo influyeron en la personalidad de futuro emperador de la Francia los cinco años pasados entre los muros del colegio de Brienne es algo en que lo historiadores no se ponen de acuerdo, pero lo que sí parece estar claro, al menos para el abate Prevost, es que estando Napoleón en la cúspide del poder no desdeñó socorrer, e incluso visitar en algún caso, ante la adversidad de la fortuna, a sus antiguos preceptores, los frailes mínimos, quienes, tras el vendaval revolucionario, se habían visto obligados a abandonar su convento de Brienne y buscarse la vida cada uno por otros derroteros.

(Post gentileza de Jorge A. Jordán)
 

jueves, 6 de mayo de 2021

De cuando predicar resultaba peligroso

 


Hoy también hay asesinatos y amoríos. Sin embargo, los riesgos de nuestra predicación son pocos. Tal vez recordar ciertas páginas de la Escritura puedan reportarnos en un futuro no muy lejano procesamientos por delitos de odio de diversa tipificación (homofobias, transfobias, islamofobias, xenofobias, etc.) sancionables hasta con privación de libertad. Pero difícilmente caeremos en las manos de un amante despechado por mor de conversiones logradas con nuestra predicación. No sucedió lo mismo en Aversa en el siglo XVIII; transcribimos lo que al respecto publicaron tanto La Gazette de 26 de mayo de 1731 como el Mercure de France del mismo mes:

“On mande d'Aversa que un Religieux Minime qui a presché le Câreme dernier dans l'une des Paroisses dependante des terres du Prince d'Avelino, y avoit esté assassiné ces jours passez par un particulier au desespoir de ce que les Sermons de ce Religieux avoient déterminé a la penitence une courtisane a laquelle cet assassin estoit attaché. Ces lettres adjoûtent qu'il a esté arresté depuis par les Sbires de campagne.”