Pocas noticias nos han
llegado hasta ahora del Capítulo General. Sólo las relativas a las
elecciones. Parece que se ha optado por la continuidad. Ha sido
elegido Corrector General el Provincial de Paula. Los Colegas
repiten, salvo el cuarto, que era el Párroco de Sant'Andrea y que ha
sido sustituido por un joven sacerdote de la Provincia de Nápoles.
Las mociones que hayan
salido son menos importantes, porque, si estamos a la experiencia de
los últimos Capítulos, sólo acaban aplicándose, por suerte o por
desgracia, aquellas más prácticas (léase: asuntos de economía).
En fin, remedando el título de la obra más conocida del progenitor
del cuarto Colega, “io speriamo che me la cavo”. Y remedando
también uno de los chistes preferidos del Padre G., si antes del
Capítulo estábamos al borde del precipicio, esperemos no dar ahora
un paso adelante. O que no nos pegue un empujón la Sagrada
Congregación.
La última frase va por
la “Cor Orans”. No sé cómo les habrá sentado a mis hermanas
mínimas, supongo que bien, porque ellas siempre lo echan todo a
buena parte. Parece que hay monasterios de otras Órdenes que están
haciendo ya su preparación para la muerte conventual, ante la más
machista (las monjitas claustrales han de ser especialmente
tuteladas), centralizadora (Congregación y Federaciones, estas
últimas con las mejores posibilidades de hacer Caja) y autoritaria
(vaya usted a reclamar al maestro armero, hermana) de las
Instrucciones.