Pocas noticias nos han
llegado hasta ahora del Capítulo General. Sólo las relativas a las
elecciones. Parece que se ha optado por la continuidad. Ha sido
elegido Corrector General el Provincial de Paula. Los Colegas
repiten, salvo el cuarto, que era el Párroco de Sant'Andrea y que ha
sido sustituido por un joven sacerdote de la Provincia de Nápoles.
Las mociones que hayan
salido son menos importantes, porque, si estamos a la experiencia de
los últimos Capítulos, sólo acaban aplicándose, por suerte o por
desgracia, aquellas más prácticas (léase: asuntos de economía).
En fin, remedando el título de la obra más conocida del progenitor
del cuarto Colega, “io speriamo che me la cavo”. Y remedando
también uno de los chistes preferidos del Padre G., si antes del
Capítulo estábamos al borde del precipicio, esperemos no dar ahora
un paso adelante. O que no nos pegue un empujón la Sagrada
Congregación.
La última frase va por
la “Cor Orans”. No sé cómo les habrá sentado a mis hermanas
mínimas, supongo que bien, porque ellas siempre lo echan todo a
buena parte. Parece que hay monasterios de otras Órdenes que están
haciendo ya su preparación para la muerte conventual, ante la más
machista (las monjitas claustrales han de ser especialmente
tuteladas), centralizadora (Congregación y Federaciones, estas
últimas con las mejores posibilidades de hacer Caja) y autoritaria
(vaya usted a reclamar al maestro armero, hermana) de las
Instrucciones.
Su particular socarronería me hace sonreír. Veo que se atreve usted incluso con la Sagrada CIVCSVA, ¿no teme que le castiguen?
ResponderEliminarHombre, no sé, quizá me castiguen a aquae et igni interdictio... No tengo por qué ponerme en lo peor. Llegado el caso, siempre puedo corregirme perorando sobre "la atención al grito de los pobres, bla, bla, bla..." o "Iglesia en salida, al encuentro con el otro con entrañas de misericordia, bla, bla bla..." o "El Islam es una religión de paz, bla, bla, bla..." o "comunión, periferias, refugiados, fuera la autoreferencialidad, bla, bla, bla" o "profecía incesante que denuncia el mal, bla, bla, bla" o "la mujer tiene que tener su puesto en los órganos de decisión de la Iglesia, bla, bla, bla" (pero esas monjitas, Joao, me las controlás, rayos, a ver si voy a ser incorregible).
ResponderEliminarNo creo que vayan a vigilar el monasterio de Sor Lucía Caram.
ResponderEliminarFíjese que probablemente ese monasterio sería de los de discutible viabilidad; sin embargo, a ésta no la toca ni el Papa.
EliminarIo non sapevo che Marcello d'Orta avesse un figlio nei minimi.
ResponderEliminarSí, Giacomo. Nel 2013 ha celebrato le esequie del papà, veda qui:
Eliminarhttps://youtu.be/efmpJQ6ti4k?t=59
Buenísimo y oportunisimo el último comentario sobre la "Cor orans"... Que se puede esperar de quien afirma, sin inmutarse, que para pertenecer al orden de las vírgenes consagradas no es nesario ser virgen... Ateme usted esa mosca por el rabo...
ResponderEliminarEn Sevilla los mínimos han sido una bendición, desde que llegaron con Padre Víctor (que en paz descanse) al frente. Ojalá tengan vocaciones porque se las merecen.
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