martes, 5 de abril de 2016

Sexto centenario de San Francisco de Paula: por fin, made in spain


Cuando parecía que la conmemoración del sexto centenario iba a pasar por la Delegación de España de forma anodina, sin dejar apenas una huella perceptible, topamos con una realidad extraordinaria: la publicación de un libro escrito por un religioso mínimo español.
No exagero en la extraordinariedad. Después de la guerra civil, hemos tenido entre los mínimos españoles acordeonistas, pianistas, coleccionistas de sellos, de gozos, de trastos, pero no escritores. Hecha excepción de la obra de Padre Florencio Rodríguez sobre los mínimos en Mallorca y de un volumen de destino interno preparado por Padre Jaime Mediavilla sobre la comunidad mínima, los mínimos españoles nos habíamos apuntado a nuestra propia versión del "¡que inventen ellos!" y culturalmente nos habíamos limitado a traducir del italiano. Esto supone un gran contraste con el esfuerzo que se había hecho antes de la guerra civil, cuando aportaron su granito de arena Angelats, Anguera, Orteu, Pomé, etc., contraste tanto más llamativo si consideramos que los mínimos posteriores han tenido mejor preparación y varios de ellos obtuvieron sendas licenciaturas en teología en universidades romanas.
En fin, vayamos al presente, el Padre Abilio León  ha escrito un simpático libro titulado "Un creyente sumergido siempre en Dios (Vida de San Francisco de Paula)". Es un libro relativamente breve, escrito en primera persona (el propio Santo contando su vida), con capítulos muy cortos que facilitan la lectura, con ilustraciones de Francisco Cebrián.  Sabemos que es una obra que estaba preparada desde hacía años; no es un secreto, menos cuando hallamos en él la referencia explícita a “la última biografía que acaba de publicar en italiano el P.Giuseppe F. Morosini” (¡la publicó hace 10 años, en el 2006!)...
En todo caso, congratulémonos, más vale tarde que nunca. Para resumir, se trata de una presentación del Santo y de su Orden que se lee con gusto. Es verdad que históricamente se toma el autor algunas licencias, como afirmar un propósito de reforma eclesial del Santo a los 17 años o elevar a la categoría de vicario episcopal de Cosenza a quien probablemente no era entonces más que un joven secretario del obispo. Pero, siendo el propio San Francisco de Paula el que relata, a ver quién es el guapo que le lleva la contraria. Yo he aprendido cosas que hasta ahora no sabía, como, por ejemplo, qué llevaban los padres y el Santo en sus zurrones cuando fueron de peregrinación a Asís... 

lunes, 21 de marzo de 2016

Mínimos resistentes



Cuando uno maneja ciertos volúmenes de los siglos XVI y XVII o inicios del XVIII no puede menos que admirarse de la capacidad de trabajo que tenían los intelectuales mínimos (también los de otras Órdenes, pero uno se fija en los méritos domésticos) de la época. Thierry, Montoya, Peyrinis, La Noue, Mersenne, Palanco y un largo etcétera compusieron libros que requieren no ya horas y horas de elaboración, sino años enteros, más si pensamos en las citas de autoridades que contenían. Libros que se escribían no con estilográficas o bolígrafos, sino con una pluma que había que mojar en un tintero. Se comprende entonces el porqué los Lectores llegaban a gozar de privilegios como la exención de coro o similares. Personalmente, admiro su capacidad mnemotécnica, su habilidad redactora, su intrépida confianza al afrontar la composición de tan amplísimas obras. Pero, sinceramente, lo que más admiro es su peculiar resistencia, aquella resistencia que el agustino David Rubio, que fue profesor en la Universidad Católica de Washington, llamaba “resistencia posaderil”.

lunes, 7 de marzo de 2016

Una recomendación

Pues sí, ya sé que en este blog no vamos mucho de hacer la pelota, pero esta vez haremos una excepción. Quiero recomendarles el canal de YouTube del Santuario de Paula. Están subiendo muchos vídeos y, aunque algunos adolezcan de algunas repeticiones, vale la pena darse una vueltecita por el canal. Técnicamente están bien, se lo están currando. Aquí les pongo una muestra, una entrevista al Corrector General:  

martes, 16 de febrero de 2016

Sexto centenario de San Francisco de Paula: carta del Corrector General



El Corrector General de los Mínimos, Reverendísimo Padre Francesco Marinelli, ha dirigido una carta a toda la Orden con ocasión del VI Centenario del nacimiento del Fundador. Lleva por título "Derribar los muros y trazar perímetros más amplios. Anunciadores gozosos de la misericordia y del amor". La versión castellana puede descargarse aquí.
Siempre es de agradecer que el Corrector General se ponga en contacto con sus hermanos. La comunicación es siempre importante y, con los medios actuales que tanto la facilitan, podría ser todavía más fluida, especialmente teniendo en cuenta la humilde dimensión, cuantitativamente hablando, que nos caracteriza.
La carta es amplia y, sin duda, elaborar un texto de esta amplitud ha requerido muchas horas de trabajo y de estudio. Eso hay que reconocerlo. Aunque no utiliza un lenguaje difícil, debo admitir mi dificultad personal para captar la estructura y el núcleo del mensaje. Me vería incapaz de resumir la carta en una pizarra si me asignaran esa tarea. Atribúyase a mis pocas luces.
Sin embargo, alguna cosa me atrevo a decir sobre su contenido. Aunque el acento explícito de la conclusión sea el de la conversión, el conjunto de la carta parece incidir especial y repetidamente en la misión, en el envío, en el “salir hacia”. Hay una expresa e insistente voluntad de sintonía con el proyecto del actual pontificado; basta dar una mirada a las citas literales de textos pontificios: 1 de Pablo VI, 7 de Juan Pablo II (casi todas de Vita consecrata), 18 de Francisco. El Corrector General quiere empujarnos, “poner en marcha procesos” que nos conduzcan por nuevos itinerarios...
Algún pasaje de la carta resulta sorprendente y hasta problemático: el desierto como areópago de formación a la legalidad (!); en el mismo contexto, se incide en una presentación de San Francisco bajo un estereotipo que, no por insistentemente repetido, haya que considerarlo incuestionable (“voz de los últimos”, “voz de los sin voz”, etc.). No faltan apartados verdaderamente inspiradores y certeros, como los que atañen a la dimensión servicial de la penitencia (¡lástima que no lo haya desarrollado más en relación con textos de nuestro patrimonio espiritual!).
La carta se mueve en una cierta tensión entre la necesidad de la “salida” y la esencialidad de la vida mínima. Denuncia tanto el inmovilismo arqueológico como el activismo absorbente, la necesidad de la implicación solidaria y, a su vez, el peligro de la confusa asimilación. Las indicaciones concretas, sin embargo, son pocas e imprecisas: reflexionar sobre la Regla y la calidad fraternal de la vida comunitaria, preguntarse sobre la vivencia de la esencialidad del cuarto voto, la revisión de las Constituciones...
No obstante, en este último tema, por ejemplo, hay algo que conviene manifestar, porque, además, en mi opinión, atañe al conjunto del mensaje. Está bien que se trate de dar empuje a frailes, monjas y terciarios, especialmente cuando se detecta, con pocas excepciones, que las hay, un generalizado descenso del entusiasmo. Pero cuando se empuja, hay que empujar, aunque sea respetuosa e inseguramente, hacia alguna parte. Una cosa es no tener respuestas definitivas y otra muy distinta que no se apunten propuestas definidas. En fin, en todo caso hay que convenir en que profesar y vivir la misericordia, aunque no sepamos comunitaria y  exactamente cómo, es un hermoso objetivo.  


jueves, 14 de enero de 2016

Sexto centenario de San Francisco de Paula: un mensaje papal


El Papa Francisco ha dirigido un Mensaje a la Provincia mínima de Nuestra Señora de la Stella con ocasión del 6º Centenario del nacimiento de San Francisco de Paula. Ciertamente, causa estupefacción que el mensaje vaya dirigido sólo a una parte de la Orden (?)  y, si hacemos caso a ciertas fuentes, que se presente como emitido casi motu proprio (!).  Además, aunque recogida la noticia por agencias solventes, no deja de ser sorprendente que no haya visto luz pública ni en la página oficial de la Orden, ni siquiera a día de hoy en la página de la Provincia destinataria. El texto ha sido publicado, sin embargo, en la página de la Consulta Generale di Pastorale Giovanile Minima, que con tanta dedicación  y acierto cuida el incansable Padre Cozzolino (aquí les ofrecemos una traducción oficiosa al español).
En fin, dejando aparte las circunstancias, ciertamente sorprendentes, que han rodeado la emisión de este mensaje, y teniendo en cuenta que alguna admonición puede tomarse como dirigida a toda la Orden y a los devotos del Santo (otras, en cambio, como la opción por los pobres, parece ser, si nos atenemos al texto, exhortación sólo destinada a la Provincia de la Stella y a los devotos concernidos por la misma), vamos a comentar ciertos aspectos del mensaje que lo merecen. 
No hace mucho un publicista católico americano señalaba la tendencia del Papa Francisco a utilizar más el machete retórico que el escalpelo analítico. Nada diremos respecto a sus convincentes exhortaciones magistrales relativas a la misericordia divina, a la fuerza de la caridad, a la acogida del hermano o a la conversión del corazón. Ni siquiera cuestionaremos que el franciscanismo sea la base de la espiritualidad de nuestro Fundador, aunque, en rigor, los mínimos no deberíamos ser presentados como unos menores con ciertos complementos ascéticos. Sin embargo, sí que hay que advertir que en el aspecto histórico el asesoramiento dado al Papa ha sido un tanto zafio. Dejemos estar, si se quiere, la dudosísima tradición de que Sixto IV ofreciera la ordenación sacerdotal a Francisco. Pasemos por alto también lo sospechoso que resulta, por tardío, el "episodio" milagroso de la moneda partida de la que brota sangre.  Hagamos como que no nos hemos percatado de la  presentación ingenua de Francisco como un pacificador que exhorta al soberano napolitano Ferrante de Aragón a "desistir de las guerras y promover la paz" (Francisco siempre quiso la paz, pero entre los príncipes cristianos, y, si escribió a Ferrante que dejara sus guerras en el norte, fue para que se ocupase de defender el sur del peligro turco). Ahora bien, ¿puede disculparse sin más el error de bulto de escribir que Luis XI requirió la presencia de San Francisco de Paula en París (!!!!)?
Escribe el Papa que Dios no teme entrar en la frágil historia humana para transformarla en historia de salvación. Esperemos que el sexto centenario de San Francisco de Paula no nos conduzca misericordiosamente a transformar la siempre vulnerable orientación crítica del saber histórico en un vulgar cuento fabulado. 

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Sexto centenario de San Francisco de Paula: el logo

Si en 2007 con la celebración del quinto centenario de la muerte de San Francisco de Paula, los resultados culturales se movieron predominantemente en el marco de un abordaje histórico crítico de la vida y personalidad del Santo (entre cuyos ejemplos podemos citar la biografía escrita por Giuseppe Fiorini Morosini), lo poco que hasta ahora se ha producido con ocasión del sexto centenario del nacimiento (2016) parece sugerir una orientación tradicional apologética trivial y muy poco aprecio por los datos rigurosos de la historia. En el más elevado nivel esto se percibe en el mensaje que el Papa Francisco ha dirigido a la Provincia mínima de Santa María della Stella y que tal vez comentemos más adelante.
Hoy queremos fijarnos en el emblema o logo que se ha escogido para el evento del sexto centenario. Ha sido publicado en el calendario del Santuario de Paula y parte de una tradición popular no sólo no sustentada documentalmente, sino en sí misma desfigurada ingenuamente al cabo de los años. Se trata del fuego, de la llama o llamas, del globo ardiente o como quiera figurarse, que apareció sobre el techo de la casa paterna en Paula. Dice, quien comenta el logo, que apareció según tradición la noche del nacimiento del Santo. Ciertamente, una tradición adulterada o confundida. Porque las más antiguas fuentes sitúan el hecho extraordinario en la concepción de San Francisco y no en su nacimiento.

La más antigua referencia la han leído algunos, a lo largo de los años, en la Relatio del cardenal Simoneta, aunque la inconcreción y el contexto en el que se habla allí de los “in tenellis annis igniculli” abonan, en mi opinión, una interpretación más espiritual que material. Veamos ahora cómo refiere el fenómeno uno de los biógrafos más antiguos: Paolo Regio. Escribe:

Laonde circa l’hora di mezza notte venendo un Compare di quello per chiamarlo; acciò con lui andasse, dove il giorno avanti havean determinato per loro lavori, vidde sopra la casa di Giacomo et fè veder a molti della Terra, che chiamó a questo effetto, una chiara facella, che miracolosamente ivi era apparsa et tutto il’convicino luoco illuminava. Volendo Idio per essa significare nella procreation del fanciullo, che si faceva in quel punto, il gran splendore, che da si basso luogo dovea uscire ad essaltatione della Chiesa Santa...

Tomemos otro: Gaspare Passarello, en los Privilegia:

...(Deus) satis signi dedit, nam nocte fere media, dum Franciscus de Paula gignebatur, homo quidam pernecessarius et propinquus ipsius Iacobi, qui verbo nostrati compater dicitur, ad operam mercennariam Iacobum vocaturus venerat, cum incesas faces nocturno tempore supra eius tectum vidit: Deus hoc signum dando, lumen animi infantis pueri, qui eo in loco tum generabatur, Paulanis omnibus ostendebat...

No da versión diferente Montoya:

...Sucedió assí que la noche (mil vezes dichosa) en que este glorioso niño fue concebido, se vio sobre la casa de sus padres un globo de claríssima y resplendente luz, que como si la del sol fuera, reberverava en todo aquel contorno con maravillosos resplandores...

En la misma interpretación añeja se mueven Mena, Chappot, Du Vivier, etc. Es verdad que muy pronto esta presentación más antigua se deformará, tal vez por un ambiguo desliz del propio Passarello, quien en su biografía italiana de San Francisco dice que su “natività, prima che egli nascesse, fu dimostrata con un mirabil lume di torcie accese, visto di notte sopra il tetto della sua casa”. Ya en 1584, en la Vita et Miracula de Pietro de Nobili, encontramos situadas las luminarias,  no a la procreación o “prima che egli nascesse”, sino justamente a la “hora puerperii”. Más tarde habrá otros como Victon que concordarán las cosas multiplicando las luces, numerosas en la concepción y no menos numerosas y resplandecientes en el nacimiento.
En todo caso, para que quien ideó el logo se percatase del error, le habría bastado leer a alguien tan accesible como Roberti o, si prefiere la literaria ficción más reciente, a Daniele Salerno (bien instruido o asesorado en este particular). Lo más paradójico es que el grabado utilizado libremente para el logo pertenece justamente a una edición de la vida de Paolo Regio (!):



¿Qué quieren que les diga? La verdad es que también a mí, de pequeño, me gustaba más ver las ilustraciones que leer los textos. En fin, démosle "mezzo gaudio": también un comentarista de no poco prestigio de los grabados de San Francisco perpetró no hace muchos años, en referencia a esta mismísima ilustración, la mismísima metedura de pata.  

martes, 1 de diciembre de 2015

Vida cuaresmal y longevidad

La vida cuaresmal de los mínimos no está de ninguna manera reñida con la longevidad. Nuestro Santo fundador vivió 91 años. No han faltado mínimos que superaron esa edad. Ni faltan. Como ejemplo, aquí tienen al Padre Angelo, de la comunidad romana de Sant'Andrea: