No han faltado en la Orden de los
Mínimos frailes que cultivaran y enseñaran matemáticas. Algunos,
la mayoría del siglo XVII, eran eruditos en otras muchos saberes,
por ejemplo los Padres Mersenne, Niceron o Maignan. Otros, en la
misma época, hicieron una labor especialmente divulgadora y
didáctica, como el Padre Capdeville. Ya en el siglo XVIII hay que
mencionar las obras del Padre Bonomo. Sin embargo, ninguno de ellos,
por lo que publicaron, parece haber sido capaz, a pesar de su
competencia científica, de calcular el número exacto de los
milagros obrados por su fundador San Francisco de Paula.
¿Innumerables? Tal vez ahora, pero no
a mitad del siglo XVIII. Los “sabios todos” del siglo XVIII,
carentes del actual instrumental computacional, supieron, sin
embargo, calcular ese número:
2.391.280
¿No me creen? Vean el libro de poesía
que el prolífico, a veces irreverente y a menudo gracioso Don Gómez
Arias (que se autoproclamaba Maestro de filosofía, Bachiller en
Medicina, Profesor de Matemáticas y Buenas Letras, amén de
Astrólogo) dedicó a nuestro Santo (El clarín armónico de las glorias y milagros del mínimo máximo thaumaturgo S. Francisco dePaula), busquen la nota al pie de la página 113 y no sean
incrédulos, sino creyentes.