Así podemos llamarlos
considerando el papel que su "abuelo", nuestro hermano el Beato Padre Barré, ha
jugado en la fundación de los Hermanos de Lasalle.
Transcribimos a
continuación lo que J.B.Blain, uno de los primeros y mejores
biógrafos de La Salle, escribió sobre Barré:
“Si el santo Mínimo no
tiene ante los hombres la gloria de esta institución, la merece sin
duda ante Dios; fue él el primero que concibió el proyecto, el
primero que lo planeó, el primero que se puso manos a la obra. Esto
no es exagerar; él fue quien animó al Bienaventurado La Salle a
comenzar su instituto, él fue quien le dirigió en tal empresa, él
quien le inspiró el espíritu y las máximas por las que tenía que
conducirse, él quien le sostuvo en las primeras dificultades y
contradicciones con que La Salle topó, él quien le inspiró los
consejos heroicos de deshacerse de su canonjía, de despojarse de su
patrimonio y distribuirlo a los pobres, de fundarlo todo en la
pobreza evangélica, de abandonarse, él mismo y los suyos, a la
divina Providencia. En pocas palabras, fue el Padre Barré quien
sembró en el alma del santo Fundador las semillas de la sublime
perfección que en él admiramos.”
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