Con ocasión
de la celebración en el próximo mes de julio del Capítulo General
de los Mínimos, hace tiempo se distribuyó desde Roma entre las
comunidades una oración a recitar diariamente para la preparación
del Capítulo; la versión castellana es esta:
Nos encomendamos a ti, oh Padre San Francisco, en nuestro compromiso de dar testimonio en el mundo; estimula nuestra docilidad y buena disposición de renovar la conversión y reconciliación con el Señor para poder testimoniar el gozo del Evangelio.Movidos por la Palabra que salva y renueva, queremos vivir con pasión el maioris poenitentiae intuitu, como clara manifestación de tu voluntad.Te pedimos, Padre, que sepamos abrir nuestro corazón al Espíritu en preparación al próximo Capítulo General.Animados como tú por la pasión de progresar de bien en mejor por la venida del Reino y la salvación de los hombres, te pedimos encarnar los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren.De esta manera nuestra vida y actividad llevarán el sello del Charitas, motor de tus jornadas y de tu apostolado.Sí. Todo es posible para el que ama a Dios. De la abundancia del corazón habla la boca.Oh María, Reina y Abogada de los Mínimos, ruega por nosotros.Nuestro Padre San Francisco, conserva a tu Familia.
Pues sí,
esto es lo que venimos rezando cada día en comunidad. Como ven, no
siempre en el lenguaje encarnamos el de los hombres de nuestro
tiempo. ¿Cuándo fue la última vez que alguien se dirigió a
ustedes con un “Oh” previo? A decir verdad, probablemente esta
interjección ha quedado relegada o a la intimidad de las relaciones
sexuales o al maravillarse ante los fuegos artificiales. Pero los
mínimos, como pueden comprobar, todavía lo utilizamos redactando
oraciones recientes.
Más cosas:
de pronto, al orante se le ha ocurrido hacia el final recurrir
sucintamente a María, pero la última palabra se le deja a nuestro
Santo Padre, no sea que se enfade..
Más cosas:
la frase evangélica “de la abundancia del corazón habla la boca”.
Yo no sé si se trataba de justificar que la oración es larguita o
al redactor le ha dado por poner esta frase como podía haber puesto,
por ejemplo, “con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”.
Finalmente:
¿No habría sido más lógico, puestos a orar a intermediarios,
recurrir al Protector de la Orden, a nuestro Patrón principal?
Addenda: se
ha recibido ya la comunicación con la lista de los capitulares. El
resultado de la elección de Comisos ha sido un tanto desconcertante.
Salvo un par de excepciones, predominan los jóvenes recentísimos y
los maduritos secundarios. La “intelligentsia” ha quedado
mayoritariamente al margen. No sé a que se deba, pero sería
preocupante que la razón esté en que entre las mentes más
preclaras esté cundiendo el desánimo o la resignación. ¡San
Miguel Arcángel, protégenos!
Pues la actual Liturgia de las Horas conserva en los días precedentes a Navidad antífonas al Magnificat con su Oh correspondiente...
ResponderEliminarOh, oh, pues es verdad, tiene usted razón.
EliminarEl oh es nuestro asombro por la santidad grande de San Francisco de Paula que es uno de los mas grandes santos de la historia, en Albanchez es nuestro patrón y le hacemos una gran fiesta.
ResponderEliminarHe visto los datos que en el blog de la cigüeña de la torre se han publicado sobre la crisis de los religiosos. Entre 1967 y 2017 los mínimos han descendido numéricamente un 48%; quedan 170 frailes. Ya pueden en el Capítulo ponerse las pilas, porque parece que van abocados a la desaparición.
ResponderEliminar