lunes, 10 de octubre de 2016

Uno que no es de los nuestros

El hábito no hace al monje. Ni los retratos hacen al mínimo. En Nápoles se publicó el retrato, supongo que imaginario, de Bernardino (d')Amico. Y muy diligente y equivocadamente se le puso el hábito de mínimo:

Lástima. En honor a la verdad, hay que aclarar que Bernardino Amico, natural de Gallipoli, perteneció a los franciscanos de observancia, como claramente se expresa en su "Trattato delle piante e immagini de sacri edifizi di Terra Santa", publicado primero en Roma en 1609 y después en Florencia en 1620. El error del grabado constituye una excepción; es mucho más corriente que se confunda a los mínimos con los franciscanos. En todo caso, no sé si para que tuviese más aspecto de mínimo, Amico fue dibujado con cierto parecido al Padre Francesco Antonio Piro.

lunes, 26 de septiembre de 2016

La búsqueda de la verdad en la pantalla

Llevar personajes históricos a la pantalla (sea a la pequeña o a la grande) no es tarea fácil. En un post anterior hemos comentado ya algo al respecto. Sin embargo, hace poco más de cuarenta años, en la producción televisiva "Cartesio", les salió, con la pofesionalidad de Roberto Rossellini, un sabio Marin Mersenne bastante aceptable (especialmente si hacemos como que no reparamos en el inapropiado color del cordón con que va ceñido):


jueves, 4 de agosto de 2016

Olor de santidad



Joris-Karl Huysmans, en su En Route, pone en labios del oblato Bruno discurseando con Durtal sobre los olores que exhalan los santos estas palabras: "Quand saint François de Paule et Venturini de Bergame offrent le Sacrifice, ils embaument". Bueno, nada diremos de Venturino de Bérgamo, sobre si se ahorraba o no el incienso cuando celebraba, pero la afirmación sobre San Francisco de Paula ofreciendo el sacrificio resulta impropia. Aunque podría forzarse una interpretación intencional, en el contexto se entiende que quien ofrece el Sacrificio (de la misa) es el sacerdote, condición de la que San Francisco de Paula carecía. A Huysmans le hubiese bastado leer a su contemporáneo Dabert para enterarse que, independientemente de si participaba o no en la santa misa, “il imprègne (l'habit) pendant le travail d'une sueur abondante, et cet habit exhale une odeur agréable comme le parfum des fleurs”. Es verdad que aquí hay ya un cierto tratamiento hagiográfico típico, pero tiene un lejano sustento en una de las declaraciones del proceso tramitado en Cosenza para su canonización; allí el testigo Francesco de Florio depone que “et odorava la persona sua ad modo di musco”. Un olor, pues, silvestre, no necesariamente floral, pero tampoco forzosamente desagradable, más si tenemos en cuenta que en la época el baño distaba mucho de ser una práctica habitual.

sábado, 14 de mayo de 2016

Sexto centenario de San Francisco de Paula: ahora, un film...perdón, un "film"

Se está grabando o rodando todavía. Con cierta mentalidad franciscana (más que mínima). Escenarios de toda Italia. Se piensa proyectarlo en el próximo otoño. Los escenarios pueden ser bellos. La fotografía, bastante aceptable. Pero finalmente va a resultar un nuevo film amateur. Muy bienintencionado, pero amateur. Y uno tiene la impresión de que la cosa hace aguas porque no se cuidan los detalles. Aquí tienen ustedes algunas secuencias:

¿Detalles? Hombre, para empezar, lo del cordón blanco tiene delito. Eso es de juzgado de guardia. El "consulente storico" debería pedir que su nombre no apareciera en los títulos de crédito.

Seguimos con el vestuario. En determinadas escenas, todo un lucimiento. Cuánto esfuerzo para que después una mujer aparezca calzada con zapatillas deportivas made in Bangla Desh. Esta no es una cuestión de costes, es una cuestión de estar por lo que hay que estar.



Finalmente, todo un alarde de procesión claustral y a nadie se le ocurre tapar o esconder o disimular los focos eléctricos. Por este camino no se va al Oscar.



Qué lástima, caramba, qué lástima.

viernes, 6 de mayo de 2016

San Francisco de Paula en Rap y en Pop

Dos ejemplos de tantos intentos de musicar modernamente el acontecimiento del Santo de los mínimos.
De una parte, un rap (sólo sonido) con una letra muy currada en una grabación sencilla de un fraile mínimo; una humilde, pero valiosa aportación, que suponemos que fray Alfonso coloca dentro de su pastoral juvenil en cuanto tiene ocasión.
De otra, una canción pop con su videoclip, en plan más profesional. "Niente male", con el plus añadido de que el escenario es el convento de Paula y el espectador puede acceder vía clip a algún rincón que hoy por hoy sigue formando parte de la clausura.
Disfrútenlos.





martes, 5 de abril de 2016

Sexto centenario de San Francisco de Paula: por fin, made in spain


Cuando parecía que la conmemoración del sexto centenario iba a pasar por la Delegación de España de forma anodina, sin dejar apenas una huella perceptible, topamos con una realidad extraordinaria: la publicación de un libro escrito por un religioso mínimo español.
No exagero en la extraordinariedad. Después de la guerra civil, hemos tenido entre los mínimos españoles acordeonistas, pianistas, coleccionistas de sellos, de gozos, de trastos, pero no escritores. Hecha excepción de la obra de Padre Florencio Rodríguez sobre los mínimos en Mallorca y de un volumen de destino interno preparado por Padre Jaime Mediavilla sobre la comunidad mínima, los mínimos españoles nos habíamos apuntado a nuestra propia versión del "¡que inventen ellos!" y culturalmente nos habíamos limitado a traducir del italiano. Esto supone un gran contraste con el esfuerzo que se había hecho antes de la guerra civil, cuando aportaron su granito de arena Angelats, Anguera, Orteu, Pomé, etc., contraste tanto más llamativo si consideramos que los mínimos posteriores han tenido mejor preparación y varios de ellos obtuvieron sendas licenciaturas en teología en universidades romanas.
En fin, vayamos al presente, el Padre Abilio León  ha escrito un simpático libro titulado "Un creyente sumergido siempre en Dios (Vida de San Francisco de Paula)". Es un libro relativamente breve, escrito en primera persona (el propio Santo contando su vida), con capítulos muy cortos que facilitan la lectura, con ilustraciones de Francisco Cebrián.  Sabemos que es una obra que estaba preparada desde hacía años; no es un secreto, menos cuando hallamos en él la referencia explícita a “la última biografía que acaba de publicar en italiano el P.Giuseppe F. Morosini” (¡la publicó hace 10 años, en el 2006!)...
En todo caso, congratulémonos, más vale tarde que nunca. Para resumir, se trata de una presentación del Santo y de su Orden que se lee con gusto. Es verdad que históricamente se toma el autor algunas licencias, como afirmar un propósito de reforma eclesial del Santo a los 17 años o elevar a la categoría de vicario episcopal de Cosenza a quien probablemente no era entonces más que un joven secretario del obispo. Pero, siendo el propio San Francisco de Paula el que relata, a ver quién es el guapo que le lleva la contraria. Yo he aprendido cosas que hasta ahora no sabía, como, por ejemplo, qué llevaban los padres y el Santo en sus zurrones cuando fueron de peregrinación a Asís...