miércoles, 22 de mayo de 2024

Hacia el Capítulo General

 Ya hace días que se ha recibido el listado de los llamados a participar en el próximo Capítulo General. Si no me he equivocado en las cuentas, son 18 italianos, 3 colombianos, 2 españoles, 2 checos, 1 brasileño, 1 indio y 1 congolés. Creo que no hay nadie originario de Camerún ni de Méjico. No falta alguna sorpresa, como la de un comiso de ultramar, cuya elección resulta objetivamente poco explicable y no faltará algún malpensado que la considere fruto de una mente maquiavélica curial. El tema enunciado es: “En continua conversión al Señor Jesús, para ser peregrinos de esperanza”. Ahí cabe cualquier cosa, así que no podrán quejarse los capitulares de verse reducidos a una temática concreta. El argumento resulta lo suficientemente ambiguo y jubilar, tan poco claro y distinto como para que en la Audiencia papal programada los mínimos sean recibidos con alborozo por el Pontífice romano. Entre los intervinientes externos, el biblista mediático Ernesto Della Corte que cuidará de las meditaciones. La cuota cardenalicia y CIVCSVA se cubre doblemente con el cardenal prefecto Braz de Aviz que presidirá una eucaristía; su Eminencia participó hace unos años en un Congreso de estudios de los que se celebran periódicamente en Paula; es difícil recordar una ponencia más insustancial y confusa (no me invento nada, las actas están publicadas, es tan fácil como tomarlas y leerlas). Esperemos que el Capítulo aborde de manera adecuada una reforma de las Constituciones anunciada y perorada como necesaria desde hace años, aunque esta inevitabilidad nunca se ha explicado de manera determinada y precisa. Supongo que se intentará nuevamente sin éxito la reforma de la estructura de la Orden. Para ello, ignoro si, en lo que pertenece a la reestructuración jurídica, la Comisión ad hoc en su día anunciada ha sido constituida y ha hecho algo. Digo sin éxito porque la propuesta del pasado (fue elaborada hace más de una década) nunca tuvo acogida por los llamados a aceptarla. La Delegación de España, con un futuro cada vez más incierto a corto plazo (Sevilla sin candidatos y Barcelona suicidándose), no ha tenido ni tiene ningún interés en gestionar el convento mexicano, cuya buena partida material, procedente de la generosidad de una familia, nunca se vio secundada por un movimiento vocacional probo y relevante; incluso podría sospecharse que a la Provincia de Paula, que lo abrió, le ha resultado últimamente más un lastre que un empuje; además, estando Los Angeles más cerca, parece que la unión de México con la delegación californiana sería geográficamente y culturalmente más aconsejable. Entre un Brasil que empieza a despegar y una Colombia con tan poco entusiasmo local y tan escasa empatía compatriótica que tres de sus oriundos se hallan fuera no parece tampoco que haya que esperar demasiada aveniencia. En cuanto a la unión de los emplazamientos italianos, hay que ser honesto y no es difícil percibir que la única Provincia que ha hecho una apuesta misional decidida, arriesgada y fecunda se resista a querer diluirse con otra Provincia en la que abundan las luchas de poder o con una Delegación que está en caída libre desde hace años. En el terreno de la formación no se sabe tampoco qué esperar, tal vez el anunciado Delegado para la Formación, si es que ha sido nombrado, pueda aclarar las cosas. En lo que se refiere a la expansión, no hay noticias oficiales de instalación en Filipinas, con Tours nadie se atreve e ignoro (son las ventajas de estar en la periferia y de no poder perder tiempo en curiosear) si hay algo de la pretensión que un día se planteó de tener un convento más en la República Checa.  Tal como van las cosas, uno se conformaría con que no se tocase la cuestión del voto de vida cuaresmal (mejor no meneallo) y, si alguna cosa se reforma de nuestra normativa, que sea quitar la solemne estupidez del artículo 165 de las Constituciones corroborada no menos estúpidamente en el número 137 del Directorio.

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