lunes, 23 de diciembre de 2024

Anda y pínchame una vena: Caminar decididamente con Jesús

 

Me llegó por fin el día 20 de diciembre el documento expedido por el Corrector General el día 1 de diciembre (primer domingo de Adviento), eso sí convenientemente traducido al español. No sabía si la cosa merecía un comentario aquí en el blog o no. Al final, me he decidido a hacer un comentario breve, aunque sólo sea por resarcir la injusticia de la última entrada (aunque no me fuese imputable, porque la intempestividad fue culpa de otro).

Trece páginas componen el documento “Caminar decididamente con Jesús”. Leerlo y releerlo no llega a ser una condena como la pesadilla de Valli respecto a un documento de la CEI, pero tampoco puedo decir que las páginas del Padre Reverendísimo sean para suscitar entusiasmo. Cierto que el General podrá excusarse alegando que se limita a aplicar decisiones capitulares. Los Capítulos Generales en el pasado se orientaban a dar normas que corregían o intentaban solucionar problemas. En la actualidad, los Capítulos se limitan a dar proposiciones que o son meros enunciados o en lugar de solucionar problemas los suscitan.

En un punto tiene toda la razón del mundo el Corrector General. Hay que mejorar nuestra capacidad de escucha, necesitamos unos buenos audífonos no sólo para escuchar el clamor del mundo, sino incluso para escuchar lo que sucede a nuestro lado. Vean lo que escribe el Padre General: “sugerencias y propuestas que pueden ayudarnos a caminar juntos, sinodalmente, como nos pide el Papa Francisco y está haciendo toda la comunidad eclesial”. ¿Toda la comunidad eclesial? ¿Einnnnn? Una visita en Gaes para el Padre Reverendísimo y pronto! A ver, aguce el oído, Padre, porque no hace falta tener mucha capacidad auditiva para darse cuenta de que al 99% de la militancia cristiana la sinodalidad se la trae al pairo o bien la considera más nociva y perniciosa que útil. Y si su Paternidad Reverendísima no ha sido capaz de captar eso, ¿de verdad piensa que es capaz de interpretar el tiempo en que vivimos?

Les ahorro lo que pienso sobre lo que escribe en relación a pastoral vocacional y a formación porque me da vergüenza (uno todavía la conserva). Sin embargo, hay un punto que no puedo dejar pasar por alto, el de la propuesta de un itinerario jubilar a través de figuras-tipo de santidad, hermanos y hermanas, que se han distinguido a lo largo de los siglos en nuestra familia religiosa. Y aquí, cada realidad de la Orden (Provincia, Delegación, etc.) reflexionará sobre la figura-tipo que le ha sido asignada. Viene un cuadrito con las figuras-tipo y la asignación. Ahí encontramos a San Nicolás Saggio, a los Beatos Barré, Felton, Hurtrel, al Venerable Clausi. Los pocos españoles (Gaspar de Bono) y Monjas Mínimas (Mártires) de Barcelona son presentados sin el título de Beatos. ¿Se imaginan ustedes que un General español hubiese “desbeatificado” a los italianos? ¿Es de recibo que se incluya al Siervo de Dios Bonaventura Gaona, conocido sólo en su casa, y se omita a las Venerables Filomena y Consuelito? Imaginen el alborozo de nuestras hermanas de Valls, Mora de Ebro y Daimiel ante este desaguisado... ¿Elevará el Delegado de España una protesta o al menos un WhatsApp de decir “Padre, ya le vale”? No, ni hablar. A los mínimos españoles y especialmente a los que se hallan al frente de la Delegación se les pincha una vena y sale horchata en lugar de sangre. Y si no hay sangre, duele decirlo, no hay vida. Ni amor. Así nos va.



viernes, 13 de diciembre de 2024

Carta de Adviento 2024

  


-            --Minimus, que ya se ha recibido la carta de Adviento del Corrector General.

-          -La he leído, se lee rápido, son sólo dos páginas esta vez. El eficiente blogger de Mínimos en familia ya la hapublicado.

-          -El título está bien: “Peregrinos de esperanza por el camino de la paz”.

-          -Muy adecuado, ahora que precisamente suenan tambores de guerra.

-          -Y  así, en general, ¿qué te ha parecido?

-          -Pues, a bote pronto, no sé si es la Carta de Adviento del Corrector General o la Carta de Adviento del Papa Francisco. Parece que el 95% son largas citas del magisterio reciente del Papa.

-          -Una carta de sólo dos páginas...

-          -Sí, tal vez el General no se encuentra bien o tal vez vaya muy mal de tiempo. Eso explicaría la brevedad inusitada.

-         -No sabía que el Corrector General estuviera tan ocupado, Minimus.

-          -La gente no comprende estas cosas desde fuera. Pensáis que el General vive enclaustrado en su Casa Generalicia y que sólo se ocupa de las comunidades en la Visita Canónica puntual y única que efectúa en sus seis años de mandato.

-          -¿No es así?

-          -Creo que no, amigo mío. Piensa que la Orden no es una empresa con 6000 sucursales o más de 100.000 empleados (como pueda tener, por ejemplo, el BBVA). Los Mínimos somos una organización pequeña: tenemos unas 40 comunidades y no llegamos a dos centenares de miembros.

-          -No son muchos.

-          -Por eso. El General, si se pone a ello, puede seguir de cerca la marcha de la Orden e incluso de cada uno de sus miembros. Un par de telefonazos al día y al cabo de tres semanas puede haber contactado con cada uno de los Superiores de comunidad, conociendo de primera mano cómo marchan las cosas. Le basta una llamada diaria para contactar con cada fraile un par de veces al año (por ejemplo, con ocasión del onomástico o del cumpleaños). 

-          -¿De verdad lo hace?

-        -Supongo que sí, personalmente soy una excepción, una especie de outsider. Pero yo creo que con los demás sí lo hace. Si no, no se entiende en qué emplea su tiempo.

-          -¿No puede haber otra explicación para la brevedad, Minimus?

-          -Hombre, tiene también otra tarea que requiere una atención exigente. Piensa que, estando al frente de la Orden, tiene la ingente función, el primero de todos, según lo programado, de escuchar al mundo con esperanza, de dialogar constantemente con él.

-          -Eso tiene que ser agotador.

-     -Ya te digo. Además, según esta reciente carta, la Orden tiene una misión singular, ciertamente nueva (los historiadores de la Orden nunca se habían referido a ella).

-          -¿Qué misión?

-          -La de ser levadura de una iglesia sinodal, misionera y misericordiosa.

-          -¡Caramba, nada menos!

-           -No es poca cosa. Sin nuestra actividad fermentadora no habrá iglesia sinodal, la misión no va adelante, la misericordia no llega a sus destinatarios.

-          -¡Pues qué tremenda responsabilidad la vuestra!

-           -Ahora bien, hay algo que me ha decepcionado.

-          -¿El qué?

-          -En su carta programática había dicho que desde este Adviento empezaría a dar indicaciones concretas para vivir y compartir el jubileo y el carisma a través de las figuras de santidad de nuestra Orden. De eso, ni rastro en las dos páginas.

-   -Igual ha cambiado de idea, Minimus. Los líderes resilientes y resistentes lo hacen. Mira a nuestro Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, cuántas veces donde dije digo, digo Diego.

-          -Pero él lo hace para conseguir los apoyos necesarios para mantenerse en el poder.

-          -Ah, entonces es distinto.

-          -Claro que sí. El Corrector General de los Mínimos no necesita una mayoría suficiente para gobernar, no puede verse sujeto a una moción de censura. Tiene que pasar algo muy gordo en lo Mínimos, de orden moral o económico, muy gordo pero muy gordo, para que el Vaticano intervenga.

-          -O sea que el General podría pasarse los seis años sin dar ni golpe y aquí no pasa nada.

-          -Absolutamente nada. Más todavía: si no fuera por limitaciones de reelección previstas en nuestra normativa, un General que no hace nada tiene todas las posibilidades de ser reelegido. En el fondo, lo que queremos los frailes es que nos dejen tranquilos en nuestra inercia vital.

-          -Pero entonces...esta carta de Adviento, por ejemplo, ¿qué función tiene?

-          -Una función de cubrir el expediente, de fachada, de que el pobre redactor del Boletín Oficial tenga algo para imprimir. Dos páginas de palabras bonitas inertes, que no van a provocar nada en sus destinatarios, que se leerán tal vez comunitariamente en voz alta para llenar un tiempo soporífero antes de recitar la hora de Sexta, ningún impulso práctico, currant aquae... Añádanse tal vez un par de celebraciones jubilares en Roma o en Paula el próximo año, de esas con cardenal, que luzcan, que viva San Francisco de Paula, y así vamos peregrinando en la esperanza...

-          -Por el camino de la paz.

-            -Justamente, sosegadamente.

-          -Pues, Minimus, para ser tan tranquilo te expresas con cierta causticidad.

-            -Cosas que caracterizan a los outsiders.

-          -Y... ¿no temes que te peguen una patada de despedida?

-          -No lo descarto, pero es improbable. Si no les obliga una distracción cuantiosa de caudales o un comportamiento moral público gravemente escandaloso, tener que iniciar un proceso sancionador canónico de expulsión, seguro que piensan: huy, no, qué pereza...

-          -Pues nada, feliz y provechoso Adviento.

-           -Peregrinando por el camino de la paz. Aquí paz y después gloria.

RReeditando en 16-12-2024: to tachao, mi Superior acaba de mostrarme (no de darme) un pliego de páginas que acompañaban a la carta de Adviento y que son una especie de programa elaborado por el General y su Curia.

    - Minimus, entonces lo que pasa es que la comunicación, que en la Orden por su magnitud debería ser instantánea, clara y ágil resulta un desastre.

- -- No, señor, no, no un desastre, sino una p**a MIERDA, con perdón.