- --Minimus,
que ya se ha recibido la carta de Adviento del Corrector General.
- -La he
leído, se lee rápido, son sólo dos páginas esta vez. El eficiente blogger de
Mínimos en familia ya
la hapublicado.
- -El título
está bien: “Peregrinos de esperanza por el camino de la paz”.
- -Muy
adecuado, ahora que precisamente suenan tambores de guerra.
- -Y así,
en general, ¿qué te ha parecido?
- -Pues, a
bote pronto, no sé si es la Carta de Adviento del Corrector General o la Carta
de Adviento del Papa Francisco. Parece que el 95% son largas citas del
magisterio reciente del Papa.
- -Una carta
de sólo dos páginas...
- -Sí, tal
vez el General no se encuentra bien o tal vez vaya muy mal de tiempo. Eso
explicaría la brevedad inusitada.
-
-No sabía que el Corrector General
estuviera tan ocupado, Minimus.
- -La gente
no comprende estas cosas desde fuera. Pensáis que el General vive enclaustrado
en su Casa Generalicia y que sólo se ocupa de las comunidades en la Visita
Canónica puntual y única que efectúa en sus seis años de mandato.
- -¿No es
así?
- -Creo que
no, amigo mío. Piensa que la Orden no es una empresa con 6000 sucursales o más
de 100.000 empleados (como pueda tener, por ejemplo, el BBVA). Los Mínimos
somos una organización pequeña: tenemos unas 40 comunidades y no llegamos a dos
centenares de miembros.
- -No son
muchos.
- -Por eso.
El General, si se pone a ello, puede seguir de cerca la marcha de la Orden e
incluso de cada uno de sus miembros. Un par de telefonazos al día y al cabo de
tres semanas puede haber contactado con cada uno de los Superiores de
comunidad, conociendo de primera mano cómo marchan las cosas. Le basta una
llamada diaria para contactar con cada fraile un par de veces al año (por
ejemplo, con ocasión del onomástico o del cumpleaños).
- -¿De
verdad lo hace?
-
-Supongo que sí, personalmente soy
una excepción, una especie de outsider. Pero yo creo que con los demás sí lo
hace. Si no, no se entiende en qué emplea su tiempo.
- -¿No puede
haber otra explicación para la brevedad, Minimus?
- -Hombre,
tiene también otra tarea que requiere una atención exigente. Piensa que,
estando al frente de la Orden, tiene la ingente función, el primero de todos,
según lo programado, de escuchar al mundo con esperanza, de dialogar
constantemente con él.
- -Eso tiene
que ser agotador.
- -Ya te
digo. Además, según esta reciente carta, la Orden tiene una misión singular,
ciertamente nueva (los historiadores de la Orden nunca se habían referido a
ella).
- -¿Qué
misión?
-
-La de ser levadura de una
iglesia sinodal, misionera y misericordiosa.
- -¡Caramba,
nada menos!
-
-No es poca cosa. Sin
nuestra actividad fermentadora no habrá iglesia sinodal, la misión no va
adelante, la misericordia no llega a sus destinatarios.
- -¡Pues qué
tremenda responsabilidad la vuestra!
-
-Ahora bien, hay algo que
me ha decepcionado.
- -¿El qué?
- -En su
carta programática había dicho que desde este Adviento empezaría a dar
indicaciones concretas para vivir y compartir el jubileo y el carisma a través
de las figuras de santidad de nuestra Orden. De eso, ni rastro en las dos
páginas.
- -Igual ha
cambiado de idea, Minimus. Los líderes resilientes y resistentes lo hacen. Mira
a nuestro Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, cuántas veces donde dije digo,
digo Diego.
- -Pero él
lo hace para conseguir los apoyos necesarios para mantenerse en el poder.
- -Ah,
entonces es distinto.
- -Claro que
sí. El Corrector General de los Mínimos no necesita una mayoría suficiente para
gobernar, no puede verse sujeto a una moción de censura. Tiene que pasar algo
muy gordo en lo Mínimos, de orden moral o económico, muy gordo pero muy gordo,
para que el Vaticano intervenga.
- -O sea que
el General podría pasarse los seis años sin dar ni golpe y aquí no pasa nada.
- -Absolutamente
nada. Más todavía: si no fuera por limitaciones de reelección previstas en
nuestra normativa, un General que no hace nada tiene todas las posibilidades de
ser reelegido. En el fondo, lo que queremos los frailes es que nos dejen
tranquilos en nuestra inercia vital.
- -Pero
entonces...esta carta de Adviento, por ejemplo, ¿qué función tiene?
- -Una
función de cubrir el expediente, de fachada, de que el pobre redactor del
Boletín Oficial tenga algo para imprimir. Dos páginas de palabras bonitas
inertes, que no van a provocar nada en sus destinatarios, que se leerán tal vez
comunitariamente en voz alta para llenar un tiempo soporífero antes de recitar
la hora de Sexta, ningún impulso práctico, currant aquae... Añádanse tal vez un
par de celebraciones jubilares en Roma o en Paula el próximo año, de esas con
cardenal, que luzcan, que viva San Francisco de Paula, y así vamos peregrinando
en la esperanza...
- -Por el
camino de la paz.
-
-Justamente,
sosegadamente.
- -Pues,
Minimus, para ser tan tranquilo te expresas con cierta causticidad.
-
-Cosas que
caracterizan a los outsiders.
- -Y... ¿no
temes que te peguen una patada de despedida?
- -No lo
descarto, pero es improbable. Si no les obliga una distracción cuantiosa de
caudales o un comportamiento moral público gravemente escandaloso, tener que
iniciar un proceso sancionador canónico de expulsión, seguro que piensan: huy,
no, qué pereza...
- -Pues nada, feliz y provechoso Adviento.
- -Peregrinando por el camino de la paz. Aquí paz y después gloria.
RReeditando en 16-12-2024: to tachao, mi Superior acaba de mostrarme (no de darme) un pliego de páginas que acompañaban a la carta de Adviento y que son una especie de programa elaborado por el General y su Curia.
- Minimus, entonces lo que pasa es que la comunicación, que en la Orden por su magnitud debería ser instantánea, clara y ágil resulta un desastre.
- -- No, señor, no, no un desastre, sino una p**a MIERDA, con perdón.
https://youtu.be/VhERJW3ftkw?si=rtNNH-OoioWLjpXA
ResponderEliminar😄😄😄
EliminarMinimus, sei un po rompiscatole
ResponderEliminarUn poco no, un mucho, y me quedo corto, tal como van las cosas.
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